El hidrólogo Gilberto Reynoso advirtió que si el río Yuna es impactado por las sustancias tóxicas producto de las operaciones mineras de la Barrick Gold ocasionaría una catástrofe nacional, pues en la cuenca de este afluente se encuentra en operación parte importante del patrimonio hidráulico nacional, con tres presas, tres hidroeléctricas y cuatro sistemas de riego. El río Yuna y sus afluentes aportan agua potable a una población superior a cuatrocientos mil habitantes.
El hidrólogo Gilberto Reynoso advirtió que si el río Yuna es impactado por las sustancias tóxicas producto de las operaciones mineras de la Barrick Gold ocasionaría una catástrofe nacional, pues en la cuenca de este afluente se encuentran en operación parte importante del patrimonio hidráulico nacional, con tres presas, tres hidroeléctricas y cuatro sistemas de riego.
Apuntó que las aguas del río Yuna y sus afluentes constituyen la fuente de suministro de agua potable a una población superior a cuatrocientos mil habitantes y suplen la demanda de riego a un millón cien mil tareas. Y en el futuro las aguas del río deberán garantizar la oferta de agua potable a la población de 976,500 habitantes de cuatro provincias más.
Reynoso señala que no se puede permitir que un proyecto, por más rentable que resulten sus operaciones, obstaculice la disponibilidad y el acceso al agua potable y para otros usos.
Contaminación. El técnico explicó que el cuerpo de agua que conforma el embalse de Hatillo presenta las señales de haber sido afectado por las incontroladas actividades mineras desarrolladas en Pueblo Viejo por la antigua Rosario Dominicana.
“En el futuro inmediato se vislumbra un incremento de la contaminación de las aguas del embalse, tanto con las sustancias químicas acumuladas durante los 24 años de operación de la Rosario, como de las nuevas operaciones de la Barrick Gold”, apunta.
Establece que el eventual incremento de contaminación del agua del embalse tendrá terribles consecuencias, ya que los ríos son muy vulnerables al envenenamiento por tóxicos que genera la minería.
Agrega que las sustancias químicas no solo destruyen la calidad del agua y la vida, sino también que se acumulan lentamente en los sedimentos y suelos de la llanura de la zona baja que, progresivamente se van haciendo estériles, hasta su degradación total.
Accidentes. Reynoso cuestiona el alegato de la Barrick Gold de que implementará un método no contaminante en el procesamiento de los sulfuros, tras preguntarse qué seguridad se tiene de que será no contaminante frente a cualquier accidente de filtraciones por roturas de las barreras plásticas de sus plataformas de lixiviación y de depósito de material estéril con alto contenido de cianuro no neutralizado.
Reynoso señala que todas las interrogantes deben ser respondidas por la empresa y el Gobierno, tras apuntar que el pedido de revisión del contrato que han hecho algunos sectores “no debe fundamentarse en superar el interés económico, sino en garantizar el sistema fluvial del río Yuna”.
Seguridad
Reynoso advierte que no se debe iniciar bajo ningún concepto la operación de extracción de los minerales sin antes existir plena seguridad y garantía de que no habrá contaminación de las aguas del sistema fluvial de la Cuenca del Yuna, que como condición esencial para la vida, la subsistencia y el desarrollo humano, tienen un valor de uso para los dominicanos mayor que todo el oro que se pueda extraer de la mina de Pueblo Viejo. “Miles han vivido sin oro, ni uno solo sin agua”, concluye.
Fuente: hoy
El hidrólogo Gilberto Reynoso advirtió que si el río Yuna es impactado por las sustancias tóxicas producto de las operaciones mineras de la Barrick Gold ocasionaría una catástrofe nacional, pues en la cuenca de este afluente se encuentran en operación parte importante del patrimonio hidráulico nacional, con tres presas, tres hidroeléctricas y cuatro sistemas de riego.
Apuntó que las aguas del río Yuna y sus afluentes constituyen la fuente de suministro de agua potable a una población superior a cuatrocientos mil habitantes y suplen la demanda de riego a un millón cien mil tareas. Y en el futuro las aguas del río deberán garantizar la oferta de agua potable a la población de 976,500 habitantes de cuatro provincias más.
Reynoso señala que no se puede permitir que un proyecto, por más rentable que resulten sus operaciones, obstaculice la disponibilidad y el acceso al agua potable y para otros usos.
Contaminación. El técnico explicó que el cuerpo de agua que conforma el embalse de Hatillo presenta las señales de haber sido afectado por las incontroladas actividades mineras desarrolladas en Pueblo Viejo por la antigua Rosario Dominicana.
“En el futuro inmediato se vislumbra un incremento de la contaminación de las aguas del embalse, tanto con las sustancias químicas acumuladas durante los 24 años de operación de la Rosario, como de las nuevas operaciones de la Barrick Gold”, apunta.
Establece que el eventual incremento de contaminación del agua del embalse tendrá terribles consecuencias, ya que los ríos son muy vulnerables al envenenamiento por tóxicos que genera la minería.
Agrega que las sustancias químicas no solo destruyen la calidad del agua y la vida, sino también que se acumulan lentamente en los sedimentos y suelos de la llanura de la zona baja que, progresivamente se van haciendo estériles, hasta su degradación total.
Accidentes. Reynoso cuestiona el alegato de la Barrick Gold de que implementará un método no contaminante en el procesamiento de los sulfuros, tras preguntarse qué seguridad se tiene de que será no contaminante frente a cualquier accidente de filtraciones por roturas de las barreras plásticas de sus plataformas de lixiviación y de depósito de material estéril con alto contenido de cianuro no neutralizado.
Reynoso señala que todas las interrogantes deben ser respondidas por la empresa y el Gobierno, tras apuntar que el pedido de revisión del contrato que han hecho algunos sectores “no debe fundamentarse en superar el interés económico, sino en garantizar el sistema fluvial del río Yuna”.
Seguridad
Reynoso advierte que no se debe iniciar bajo ningún concepto la operación de extracción de los minerales sin antes existir plena seguridad y garantía de que no habrá contaminación de las aguas del sistema fluvial de la Cuenca del Yuna, que como condición esencial para la vida, la subsistencia y el desarrollo humano, tienen un valor de uso para los dominicanos mayor que todo el oro que se pueda extraer de la mina de Pueblo Viejo. “Miles han vivido sin oro, ni uno solo sin agua”, concluye.
Fuente: hoy
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