Madrid. Agencias. El transporte aéreo de viajeros y mercancías registró en 2009 su mayor descenso desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Ni durante anteriores crisis ni en las turbulencias que sufrió el sector tras los atentados del 11-S, considerada hasta la fecha como la más grave para las compañías aéreas, fueron tan perjudiciales para la aviación como la Gran Recesión actual. Según dijo ayer la IATA, la caída de la demanda hizo retroceder en un 3,5% el número de viajeros, con una ocupación media del 75,6%; mientras el negocio de carga descendió aún más, con un 10,1%.
"La industria ha comenzado 2010 con desafíos enormes, lo peor ha quedado atrás, pero no es momento para celebraciones".
"En términos de demanda, 2009 quedará para la historia como el peor año para la industria de toda su historia. El balance supone volver a la situación de hace dos años y medio", ha lamentado Giovanni Bisignani, el director general de IATA.
Sin embargo, en contra del victimismo de Bisignani hay que tener en cuenta que la envergadura de la caída también está condicionada por el hecho de que, tras el bache de 2002, el transporte aéreo logró remontar el vuelo y marcar niveles de récord en 2007. A su favor, que a finales de 2008, pese a que todo el ejercicio se cerró con un moderado alza del 1,6% en el transporte de pasajeros, se empezó a registrar importantes descensos.
En cualquier caso, Bisigniani ha destacado que en los últimos meses de 2009 se registró una mejora de los márgenes, con una mayor tensión entre las condiciones de demanda-suministro.
No obstante, ha precisado que "las mejoras de ingresos se producirán a un ritmo mucho más lento que el crecimiento de la demanda que estamos comenzando a apreciar".
"La industria ha comenzado 2010 con desafíos enormes, lo peor ha quedado atrás, pero no es momento para celebraciones".
"En términos de demanda, 2009 quedará para la historia como el peor año para la industria de toda su historia. El balance supone volver a la situación de hace dos años y medio", ha lamentado Giovanni Bisignani, el director general de IATA.
Sin embargo, en contra del victimismo de Bisignani hay que tener en cuenta que la envergadura de la caída también está condicionada por el hecho de que, tras el bache de 2002, el transporte aéreo logró remontar el vuelo y marcar niveles de récord en 2007. A su favor, que a finales de 2008, pese a que todo el ejercicio se cerró con un moderado alza del 1,6% en el transporte de pasajeros, se empezó a registrar importantes descensos.
En cualquier caso, Bisigniani ha destacado que en los últimos meses de 2009 se registró una mejora de los márgenes, con una mayor tensión entre las condiciones de demanda-suministro.
No obstante, ha precisado que "las mejoras de ingresos se producirán a un ritmo mucho más lento que el crecimiento de la demanda que estamos comenzando a apreciar".
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