SANTO DOMINGO (EFE).- El número de personas privadas de acceso a una alimentación adecuada creció en cien millones durante 2009, dijo hoy en Santo Domingo el director de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Jacques Diouf. Este incremento obedeció en gran medida a la crisis económica mundial, que hizo de 2009 un año "catastrófico para los hambrientos del mundo", ya que "empeoró notablemente la seguridad alimentaria", subrayó.
Diouf pronunció una conferencia en un congreso internacional sobre seguridad alimentaria que se celebra hoy en la capital dominicana, donde recordó que en la actualidad mil millones de personas están subnutridas en el planeta.
La caída de los precios internacionales de los alimentos básicos durante 2009 fue "una falsa esperanza", ya que, debido a la crisis, "los alimentos básicos nacionales cuestan, en términos reales, un 19 por ciento más que hace dos años", explicó.
El funcionario senegalés señaló que los pobres de las zonas urbanas y sus alrededores son los más afectados por la inseguridad alimentaria, pues padecen con más dureza la subida de los precios.
En su opinión, la "única solución sostenible" ante el hambre radica en "el aumento de la productividad de los pobres y de las personas afectadas por la inseguridad alimentaria, especialmente en los países con déficit de alimentos".
En Latinoamérica y el Caribe, la crisis "ha erosionado" los progresos alcanzados durante casi dos décadas, cuando el número de personas con hambre se redujo de 50 a 45 millones, y se estima que el índice de subnutridos volvió en 2009 a los niveles del período 1990-1992, cuando el 10 por ciento de la población estaba afectado por el hambre, explicó.
La crisis perjudica más a los países que dependen de las importaciones de alimentos y energía, que tienen altos índices de pobreza, menor demanda de exportaciones y que han experimentado reducciones de la llegada de remesas.
En algunas naciones, además de estos factores, la situación se ha agravado por los desastres naturales, como la sequía, las inundaciones y, en el caso reciente de Haití y Chile, los terremotos.
En esas circunstancias, en la región latinoamericana y caribeña, pese al descenso experimentado en 2009 por los precios, éstos se mantienen aún entre un 10 y un 25 por ciento más altos que en los dos años anteriores, señaló Diouf.
Entre los países más afectados por estas circunstancias figura Haití, la nación más pobre de América, donde el terremoto del pasado 12 de enero impactó negativamente en la seguridad alimentaria y la nutrición.
Más del 40 por ciento de las familias haitianas (unos 3,8 millones de personas) se alimentaba de forma insuficiente antes del terremoto y alrededor del 30 por ciento de los niños sufría desnutrición crónica.
Además, la catástrofe causó el éxodo de unas 600.000 personas desde Puerto Príncipe hacia sus aldeas de origen, por lo que "muchas familias empobrecidas" soportan ahora "una carga adicional, al recibir familias desplazadas, totalmente indigentes", reveló.
Ante esta emergencia, la FAO coordina un plan de distribución de insumos agrícolas dirigido a 108.000 hogares, unas 600.000 personas de los departamentos Oeste, Sudeste y Artibonite, de cara a la siembre de primavera, que comienza en marzo.
En cuanto a la vecina República Dominicana, el director de la FAO indicó que el buen desempeño de los últimos años del sector agropecuario, que produce cerca del 80 por ciento de los alimentos, no se refleja "proporcionalmente" en la mejora de la situación alimentaria, ya que los índices de subnutrición pasaron del 27 al 21 por ciento entre 1990 y el período 2004-2006.
Fuente: Elnuevodiario
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