Los altos costos, la falta de incentivos y la agresividad de la broca del café han reducido de manera significativa la producción de ese grano en el país, las exportaciones y el ingreso de divisas en las últimas tres décadas.
Una posible solución para mantener el área que queda sembrada de café en las montañas e intentar aumentarla, es el pago del costo ambiental, planteado por productores, técnicos, ambientalistas y autoridades.
Como es natural, al reducirse la extensión sembrada de café también ha disminuido la cantidad de productores. Se estima que de los 70 mil que había dos décadas atrás dedicados a esa actividad se han ido unos 20 mil.
Al tomar como ejemplo los últimos 30 años, nos damos cuenta del derrumbe de la producción, exportación e ingresos de divisas del café dominicano. En la década 1979-89 la producción promedio fue de 1, 095,98 quintales; la exportación fue de 710,041 quintales, con un precio de 126,09 dólares por quintal, para un total de US$ 90, 460,580. Mientras que en la década siguiente (1989/99) la producción bajó a 930,850 quintales; el volumen exportado se redujo a 513,200 quintales y el ingreso de divisas a US$ 51, 580,780 en promedio.
Pero en la década 1999/09, volvió a bajar la producción, que cayó a un promedio de 853,470 quintales; el volumen de exportación se redujo a 153,950 quintales y el ingreso de divisas sólo alcanzó US$15.021,340. No ha sido suficiente el esfuerzo del Gobierno para volver a llevar a los productores a sembrar café, a través del Consejo Dominicano del Café (Codocafé), con la constitución y la puesta en funcionamiento del Fondo Dominicano del Café (Fondocafé) y el desarrollo del programa de promoción y apoyo a la comercialización internacional del café como parte de las ejecutorias del proyecto PROCA’2, cofinanciado por el Estado dominicano y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD).
El Fondocafé se constituyó con los recursos recuperados del fondo de crédito del PROCA’2, a partir de diciembre de 2004, con el que se han colocado en manos de productores y organizaciones de caficultores de todo el país más RD$450 millones en calidad de préstamos para financiar sus actividades de mantenimiento y rehabilitación de cafetales, recolección de cosecha, acopio y comercialización, adquisición de mulas e instalación de infraestructura y equipamiento para el beneficiado (agregarle valor) del producto. Además el Codocafé logró producir durante el período septiembre de 2004 a marzo del año pasado, 23.2 millones de cafetos (5 millones por año en promedio) y decenas de miles de frutales en los diferentes viveros oficiales y contratados que posee ese organismo en las diversas zonas del país.
Las principales zonas productoras de café del país están ubicadas en los principales macizos montañosos, especialmente en las zonas altas de la Cordillera Central, la Cordillera Septentrional, la Sierra de Baoruco y la Sierra de Neiba. Este amplio bosque cafetero es uno de los principales prestadores de servicios ambientales para la población, con una función esencial en la producción de agua, la fijación de carbono, la protección de los suelos y la biodiversidad, está formado por 2.1 millones de tareas distribuidas en unas 50 mil familias dedicadas al cultivo de este grano, en su mayoría pequeños y medianos caficultores con una carga familiar de 250 mil personas.
Los caficultores de las diferentes zonas del país han dicho en varias actividades que la producción nacional de café está en crisis desde hace más de dos décadas y que no ha habido forma de revertirla. El presidente de la Confederación Cafetalera Dominicana, Rufino Herrera, cree que la producción de café está en su peor crisis y se encamina hacia la desaparición por falta de inversión y apoyo del Estado, y que esa situación afectaría a más de 50 mil familias que se dedican a la actividad, lo que provocaría, a su vez, una mayor migración del campo a la ciudad, aumentando los niveles de pobreza de la población.
Las autoridades no deben demorar más el cumplimiento de la Ley 64-00, sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales, específicamente, de los artículos del 63 al 70, en lo que respecta al pago de los servicios ambientales. Para poner en práctica esa legislación, Herrera plantea la elaboración de un reglamento que permita la aplicación de los incentivos ambientales, lo que favorecería la inversión de obras vitales para el desarrollo de las zonas cafetaleras, como caminos vecinales, escuelas, centros de salud, electrificación y acueductos. El 82% de las familias cafeteras vive en la extrema pobreza, por el poco acceso que tienen los productores al financiamiento y a las tecnologías que inciden en la baja productividad de las plantaciones de café. Mientras la producción baja, el consumo (ahora es de unos 400 mil quintales) ha ido en aumento en el país, por lo que está claro que muchas torrefactoras están importando café.
Problemas café
Muchas zonas cafetaleras han desaparecido porque los productores no soportaban la carga de costos: fertilización, prácticas culturales, recogida y beneficiado. En ocasiones el productor ha dejado el café en la mata, por el alto costo de la recolección y mano de obra escasa. 5 obreros recogen un quintal de café por RD$900 ( 10 cajas a RD$90 cada una). Los dominicanos no quieren recoger café, los haitianos lo hacen, pero muchos dañan las ramas y recogen los granos verdes para acabar más rápido y en principio no entienden el idioma español. Muchos caficultores han abandonado las fincas y otros han cambiado de cultivo, como para sembrar de frutales, como aguacate, zapote y limón, entre otros.
La cifra
20.7 millones de dólares. Recibió el país por concepto de las exportaciones de 136,650 quintales de café en 2008/09.
La producción del año fue 836,660 quintales de café.
Fuente: hoy
Una posible solución para mantener el área que queda sembrada de café en las montañas e intentar aumentarla, es el pago del costo ambiental, planteado por productores, técnicos, ambientalistas y autoridades.
Como es natural, al reducirse la extensión sembrada de café también ha disminuido la cantidad de productores. Se estima que de los 70 mil que había dos décadas atrás dedicados a esa actividad se han ido unos 20 mil.
Al tomar como ejemplo los últimos 30 años, nos damos cuenta del derrumbe de la producción, exportación e ingresos de divisas del café dominicano. En la década 1979-89 la producción promedio fue de 1, 095,98 quintales; la exportación fue de 710,041 quintales, con un precio de 126,09 dólares por quintal, para un total de US$ 90, 460,580. Mientras que en la década siguiente (1989/99) la producción bajó a 930,850 quintales; el volumen exportado se redujo a 513,200 quintales y el ingreso de divisas a US$ 51, 580,780 en promedio.
Pero en la década 1999/09, volvió a bajar la producción, que cayó a un promedio de 853,470 quintales; el volumen de exportación se redujo a 153,950 quintales y el ingreso de divisas sólo alcanzó US$15.021,340. No ha sido suficiente el esfuerzo del Gobierno para volver a llevar a los productores a sembrar café, a través del Consejo Dominicano del Café (Codocafé), con la constitución y la puesta en funcionamiento del Fondo Dominicano del Café (Fondocafé) y el desarrollo del programa de promoción y apoyo a la comercialización internacional del café como parte de las ejecutorias del proyecto PROCA’2, cofinanciado por el Estado dominicano y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD).
El Fondocafé se constituyó con los recursos recuperados del fondo de crédito del PROCA’2, a partir de diciembre de 2004, con el que se han colocado en manos de productores y organizaciones de caficultores de todo el país más RD$450 millones en calidad de préstamos para financiar sus actividades de mantenimiento y rehabilitación de cafetales, recolección de cosecha, acopio y comercialización, adquisición de mulas e instalación de infraestructura y equipamiento para el beneficiado (agregarle valor) del producto. Además el Codocafé logró producir durante el período septiembre de 2004 a marzo del año pasado, 23.2 millones de cafetos (5 millones por año en promedio) y decenas de miles de frutales en los diferentes viveros oficiales y contratados que posee ese organismo en las diversas zonas del país.
Las principales zonas productoras de café del país están ubicadas en los principales macizos montañosos, especialmente en las zonas altas de la Cordillera Central, la Cordillera Septentrional, la Sierra de Baoruco y la Sierra de Neiba. Este amplio bosque cafetero es uno de los principales prestadores de servicios ambientales para la población, con una función esencial en la producción de agua, la fijación de carbono, la protección de los suelos y la biodiversidad, está formado por 2.1 millones de tareas distribuidas en unas 50 mil familias dedicadas al cultivo de este grano, en su mayoría pequeños y medianos caficultores con una carga familiar de 250 mil personas.
Los caficultores de las diferentes zonas del país han dicho en varias actividades que la producción nacional de café está en crisis desde hace más de dos décadas y que no ha habido forma de revertirla. El presidente de la Confederación Cafetalera Dominicana, Rufino Herrera, cree que la producción de café está en su peor crisis y se encamina hacia la desaparición por falta de inversión y apoyo del Estado, y que esa situación afectaría a más de 50 mil familias que se dedican a la actividad, lo que provocaría, a su vez, una mayor migración del campo a la ciudad, aumentando los niveles de pobreza de la población.
Las autoridades no deben demorar más el cumplimiento de la Ley 64-00, sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales, específicamente, de los artículos del 63 al 70, en lo que respecta al pago de los servicios ambientales. Para poner en práctica esa legislación, Herrera plantea la elaboración de un reglamento que permita la aplicación de los incentivos ambientales, lo que favorecería la inversión de obras vitales para el desarrollo de las zonas cafetaleras, como caminos vecinales, escuelas, centros de salud, electrificación y acueductos. El 82% de las familias cafeteras vive en la extrema pobreza, por el poco acceso que tienen los productores al financiamiento y a las tecnologías que inciden en la baja productividad de las plantaciones de café. Mientras la producción baja, el consumo (ahora es de unos 400 mil quintales) ha ido en aumento en el país, por lo que está claro que muchas torrefactoras están importando café.
Problemas café
Muchas zonas cafetaleras han desaparecido porque los productores no soportaban la carga de costos: fertilización, prácticas culturales, recogida y beneficiado. En ocasiones el productor ha dejado el café en la mata, por el alto costo de la recolección y mano de obra escasa. 5 obreros recogen un quintal de café por RD$900 ( 10 cajas a RD$90 cada una). Los dominicanos no quieren recoger café, los haitianos lo hacen, pero muchos dañan las ramas y recogen los granos verdes para acabar más rápido y en principio no entienden el idioma español. Muchos caficultores han abandonado las fincas y otros han cambiado de cultivo, como para sembrar de frutales, como aguacate, zapote y limón, entre otros.
La cifra
20.7 millones de dólares. Recibió el país por concepto de las exportaciones de 136,650 quintales de café en 2008/09.
La producción del año fue 836,660 quintales de café.
Fuente: hoy
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