Santiago.- El Centro de Investigación de Mejoramiento de la Producción Animal (CIMPA), ha capacitado a 1,200 personas en la acuacultura artesanal y ha vendido en lo que va de año más de 800 mil alevines para la producción de peces, tomando en cuenta que este es un sector que aunque está lento por una serie de factores, si se promueve con la debida educación a los productores puede convertirse en una actividad rentable en el país.El director del CIMPA, Darío Vargas, dice que ese sector en República Dominicana ha asumido una tendencia artesanal, porque los costos de financiamiento a los productores de pescados son altos por los gastos y las inversiones que se llevan en la construcción de los estanques.
También observa como otro elemento no muy favorable para la acuacultura, el hecho de que el país no dispone de una planta productora de alimentos concentrados para peces.
Eso hace que la inversión inicial y el insumo principal que es el alimento concentrado pueda garantizar una acuacultura comercial rentable de tamaño mediano y pequeño, explica.
Pero entiende que tarde o temprano República Dominicana aprovechará ese comercio, tomando en cuenta las condiciones hídricas que a su juicio en el país son muy buenas y las temperaturas son ideales para la producción.
En opinión de Vargas, el CIMPA ha preferido atender no la acuacultura comercial de grandes escalas, sino la artesanal y como parte de ello la institución ha vendido este año alrededor de 800 mil alevines de peces, lo que implica un cambio de páginas para más de 1,200 personas que han sido atendidas.
“Nuestra estación funciona primordialmente como un centro de producción y venta de alevines para aquellas personas que pueden y quieren hacer uso de un recurso acuífero como una cañada, un desagu¨e, una ondulación, una laguna artesanal en su finca, patio de su casa, entre otros”, indica.
Afirma que el CIMPA a los interesados los orientas y los entrenas gratuitamente sobre el manejo de la acuacultura que ejecuta junto al Instituto de Formación Técnico Profesional (Infotep).
“Les ofrecemos todas las informaciones de cómo producir peces y les vendemos los alevines”, precisa.
En su opinión, en los últimos dos años más de 1,600 personas han incursionado en la acuacultura artesanal a través del CIMPA.
También dice que es importante promover la producción de peces en jaulas flotantes en las presas, pero que eso no se ha logrado porque hay una dualidad de funciones en cuanto a la administración del recurso agua.
Cartera de préstamos La institución también ofrece asistencia técnica y financiera a personas del campo para la producción agropecuaria y el comercio.
Sostiene que el CIMPA dispone de una cartera de 12 millones de pesos, con la que ha beneficiado a 600 familias rurales para la crianza de animales, la agricultura y el fomento del comercio, lo que ha permitido mejorar sus condiciones de vida.
Para Darío Vargas, esa entidad que promueve la Asociación para el Desarrollo Incorporada (APEDI), no sólo concentra su apoyo a los productores agropecuarios, sino también a las personas con interés de incursionar en los negocios, porque su misión es fomentar el desarrollo del campo y lograr que gente de escasos recursos logren mejor calidad de vida.
Subraya que de los 600 beneficiarios, alrededor de 350 han optado por préstamos comerciales y de servicio y los otros restantes 250 han buscado financiamientos para la agropecuaria.
Vargas sostiene que las familias rurales necesitan tres cosas elementales para mejorar la producción, que son calidad y servicios, tecnología y capacidad para competir en los nuevos mercados.
Dice que esa institución es la que más formaciones ejecuta en agropecuaria.
UNEN FORMACIÓN CON EL FINANCIAMIENTO
Darío Vargas dice que no hay dudas que la tecnología es imprescindible en el campo, pero según Vargas, para ello el agricultor necesita financiamiento porque eso requiere de recursos.
El CIMPA entonces complementa la formación humana, el entrenamiento en tecnología con poner a disposición a esas familiares rurales el dinero que le permita adquirir la tecnología para mejorar su producción, sostiene.
No obstante, reconoce que formar a las personas simplemente, no es suficiente, porque probablemente las hayan que no tengan la vocación suficiente para convertirse en un gran comerciante o un gran productor, y así cambiar la página.
“Comercio es un tema de actitud humana, de mercado, competencia, de saber planificar y usar el dinero, de querer ganar dinero a través del negocio, pero no todos los humanos tienen las condiciones de emprenderurismo”, comenta.
Sobre el particular, manifesta que además de la formación técnica, el CIMPA también educa a las personas sobre el emprendedurismo, donde se entrenan a las personas en materia de grupos y en manejo de sus recursos para sobreponerse en los niveles de competencia.
A ello se suma, la distribución y dotación de animales de alta calidad genética, acción que es tradicional del CIMPA.
Vargas destaca como logro importante de esa institución el aprendizaje y manejo en buenos núcleos genéticos de muchos criadores rurales.
El CIMPA no sólo produce, sino que cuando se trata de grandes volúmenes es centro de acopio de los productores y los apoya en la producción con calidad genética.
Por eso es que la oferta que dio lugar al premio “Brugal Cree en su Gente”, hoy se encuentra fortalecido.
Fuente: listindiario
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