Hay que trabajar duro en el sector lechero

SANTO DOMINGO.- República Dominicana es signataria de varios acuerdos comerciales que cubren de forma preferencial casi la totalidad del comercio exterior. El país firmó un acuerdo regional de comercio con Centroamérica, uno con la Caricom, uno con Estados Unidos (DR-Cafta) y un Acuerdo de Asociación Económica con la Unión Europea (EPA).


Hasta el comercio de petróleo está regulado a través un acuerdo especial con Venezuela. De una manera u otra, estos acuerdos de carácter supranacional, y por tanto por encima de las leyes ordinarias del Estado, tenderán a hacer cada vez más estrecho el margen de maniobra de la política comercial, la cual tenderá a desaparecer como consecuencia de los acuerdos firmados que establecen las normas del comercio con los principales socios del país.

Para el caso de los productos lácteos, sobre todo la leche en polvo y los quesos, hay dos acuerdos que por la sensibilidad del sector, y la no complementariedad de las ofertas productivas de sus socios, son importantes y dignos de destacar, y deberían ser motivo de preocupación para los productores locales: el DR-Cafta y el EPA.

El DR-Cafta o tratado de libre comercio entre Centroamérica, Estados Unidos y República Dominica es un acuerdo de los llamados de tercera generación (incluye temas de Singapur) y es el más importante firmado por el país, porque rige las relaciones con el socio comercial de mayor peso y con un país con grandes intereses e influencias Para el caso de la leche en polvo, este acuerdo estableció una cuota inicial de 2,970 toneladas métricas creciente en 270 toneladas por año (9%), con un arancel dentro de cuota de 20%, desmontable al cuarto año, y con un arancel de 56% fuera de la cuota, que se comenzaría a desmontar desde el año 10.

Para el año 20 del tratado no existiría ninguna limitación a las importaciones de leche en polvo desde Estados Unidos hacia República Dominicana.

En tanto que el acuerdo de asociación económica con la Unión Europea es una realidad que sustituye la Rectificación Técnica en la Organización Mundial del Comercio (OMC). Las partidas de leche en polvo estarán protegidas por una cuota invariable de 22,400 toneladas métricas, el arancel dentro de la cuota será de 20% que durará hasta el año 10, y de 0% en el año 15, lo que significa una liberalización total del mercado en 15 años, lo que implica que las importaciones de leche en polvo oriundas de la Unión Europea quedarán libres de aranceles y cuotas.

La importación de leche desde ambos mercados (Unión Europea y Estados Unidos) puede constituir una amenaza para la producción local, ya que este producto importado, regularmente subsidiado en sus países de origen, tiene características que lo convierten en un sustituto perfecto para la leche fresca de origen local, es decir, que la demanda de leche fresca tiene una elasticidad muy alta a cambio en el precio de la leche en polvo importada.

La disminución arancelaria bajaría el precio del producto importado, lo cual pondría al sector lechero a competir con un producto más barato y de más fácil manejo (aunque de menos calidad nutricional) y en un serio riesgo de desaparición por el desplazamiento de la demanda.

Además, una vez que avance el tiempo, la presión política de los sectores que pierden con este tipo de acuerdos, desde la premisa de que son menos competitivos (ya sea por subsidios o no) que sus rivales en los países socios de los acuerdos, se hará mucho menos efectiva y tendrá menos incidencia si su objetivo es frenar las importaciones, ya que los aranceles habrán bajado automáticamente y tenderán a cero.
Hay medidas que se pueden utilizar para frenar, aunque sea temporalmente, los impactos de las importaciones, sobre todo en aquellos productos considerados sensibles y protegidos con arancel-couta como la leche en polvo.

En primer lugar, es importante verificar y presionar para que no se otorguen permisos más allá de las cantidades especificadas en las distintas cuotas para cada producto y que se paguen los aranceles establecidos.

DENUNCIAS SOBRE LAS IMPORTACIONES  

El tiempo está corriendo, los plazos se van cumpliendo, y el “dead line” se está acercando. Mientras tanto, ¿Cuáles son las medidas que como sector se están tomando para enfrentar los desafíos de la competencia? ¿Qué están haciendo los productores para mejorar por un lado la competitividad y, segundo, asegurar instrumentos de protección interna? Es necesario denunciar los efectos de las importaciones y luchar por recuperar soberanía sobre la política comercial del país, pero eso no puede distraer la tarea fundamental, que es la de resolver los obstáculos internos que impiden lograr la competitividad.

Al Estado le corresponde una cuota de responsabilidad, sin embargo, es a los productores a quienes les corresponde la tarea principal para garantizar sus supervivencia.

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