TURRIALBA, Costa Rica. AFP. Un hongo que se esparció por Centroamérica diezmó los cultivos de cacao, materia prima del chocolate, pero los científicos han creado 'clones' resistentes a la plaga para intentar que el fruto recupere el esplendor que tuvo en la época prehispánica y la colonia.
Los bajos precios y las plagas acabaron con miles de hectáreas de cacaotales centroamericanos, pero el negocio ha repuntado, a pesar de la crisis económica internacional, gracias a un crecimiento de la demanda por chocolates, que junto con ser sabrosos poseen beneficios medicinales, pues mejoran la circulación.
El cacao es originario de América y sus semillas fueron el primer dinero usado en algunas colonias (en Nicaragua se emplearon hasta el siglo XIX), pero luego perdió importancia económica y desde hace unos 100 años su mayor productor es Africa, que aporta el 80% de la producción global.
"Desgraciadamente el cacao es un cultivo muy marginal en Centroamérica, a diferencia del café", dice el científico costarricense Wilbert Phillips, mientras inspecciona unos clones de plantas de cacao que pueden permitir al fruto recuperar la gloria que tuvo en el pasado en esta región.
Phillips es el jefe de un Programa de Mejoramiento Genético del Cacao, que ha creado variedades híbridas para competir con el fruto africano y ayudar a millares de familias del istmo, que viven de cultivos de subsistencia, a salir de la pobreza.
El Proyecto Cacao Centroamericano es llevado adelante por el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) en un predio del verde valle de Turrialba, unos 40 km al sureste de San José.
Los bajos precios y las plagas acabaron con miles de hectáreas de cacaotales centroamericanos, pero el negocio ha repuntado, a pesar de la crisis económica internacional, gracias a un crecimiento de la demanda por chocolates, que junto con ser sabrosos poseen beneficios medicinales, pues mejoran la circulación.
El cacao es originario de América y sus semillas fueron el primer dinero usado en algunas colonias (en Nicaragua se emplearon hasta el siglo XIX), pero luego perdió importancia económica y desde hace unos 100 años su mayor productor es Africa, que aporta el 80% de la producción global.
"Desgraciadamente el cacao es un cultivo muy marginal en Centroamérica, a diferencia del café", dice el científico costarricense Wilbert Phillips, mientras inspecciona unos clones de plantas de cacao que pueden permitir al fruto recuperar la gloria que tuvo en el pasado en esta región.
Phillips es el jefe de un Programa de Mejoramiento Genético del Cacao, que ha creado variedades híbridas para competir con el fruto africano y ayudar a millares de familias del istmo, que viven de cultivos de subsistencia, a salir de la pobreza.
El Proyecto Cacao Centroamericano es llevado adelante por el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) en un predio del verde valle de Turrialba, unos 40 km al sureste de San José.
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